Recuerdo mis tiempos de instituto y de Facultad, cuando, para comprobar si había aprendido adecuadamente algún tema, pedía a algún familiar o amigo que me hiciera preguntas, y yo le explicaba dicho tema. Poco podía imaginar entonces que aquello no distaba demasiado de una de las técnicas más valoradas para aprender cualquier tipo de material teórico, y principalmente un temario de oposiciones, denominada “técnica Feynman”.
Técnica Feynman
La técnica Feynman está basada en las clases del físico Richard Feynman, quien, según parece, intentaba explicar las cosas de la manera más entendible posible, y eso hacía que sus clases siempre estuvieran llenas de alumnos motivados por aprender.
Como método de estudio y aprendizaje, la técnica Feynman parte de la premisa de que la mejor manera de aprender algo es enseñándolo, dando una clase sobre ello. Cualquier docente sabe que los temas que debe enseñar a sus alumnos acaban siendo aprendidos sin demasiado esfuerzo.
En el caso de las oposiciones docentes, en las que debemos aprender un temario amplio, en el que además hay varios temas interrelacionados, la técnica Feynman nos puede ayudar a asimilar los diferentes temas.
Para ello, después de estudiar un tema y de seleccionar sus aspectos fundamentales (mediante un esquema, mapa conceptual o cualquiera de las técnicas de aprendizaje que iremos enseñando en el blog), dejaremos pasar unos días y, cuando nos toque repasar dicho tema, intentaremos explicar (ya sea de forma oral o de forma escrita) sus puntos esenciales. Una vez realizada la explicación, acudiremos al tema para comprobar los errores o lagunas que hemos tenido al explicarlo, repasaremos de nuevo el tema y volveremos a explicarlo con las correcciones realizadas. Es esencial que todas las explicaciones sean con nuestras propias palabras, debemos evitar las citas literales de fragmentos del tema. La técnica Feynman no es una técnica de memorización, sino de aprendizaje.