Si has tomado la decisión de prepararte unas oposiciones, lo primero que debes tener es TIEMPO. Desengáñate, no es posible estudiar una oposición los miércoles de 22 a 23, después de cenar y robándole tiempo a esa serie o a ese libro que te tiene totalmente enganchado/a.

Una de las preguntas que más me hacen las personas que están comenzando a prepararse es: ¿cuál es el mínimo de horas del que hay que disponer para poder prepararse unas oposiciones con garantías? Esta pregunta no tiene una respuesta clara; 60 horas semanales pueden ser muy pocas si no se aprovechan con profundidad, mientras que 20 horas semanales pueden ser suficientes si se aprovechan al máximo. Eso sí, es necesario disponer de, al menos, 20 horas semanales.

Si en este momento de tu vida te resulta imposible destinar ese número de horas para la preparación de oposiciones, tal vez no es tu momento. Oposiciones se van a seguir convocando, siempre hay tiempo para todo. Ahora bien, si dispones de ese mínimo número de horas y estás dispuesto/a a poner todas tus energías en la preparación de oposiciones, hay varios factores que debes considerar para optimizar al máximo tu tiempo de estudio.

Dividiremos esos factores en tres apartados:
1- Realizar una adecuada planificación de tu tiempo
2- Aprovechar al máximo el tiempo del que dispones
3- Eliminar distracciones

1- Realizar una adecuada planificación de tu tiempo.

Tendemos a ser excesivamente optimistas a la hora de planificar nuestra agenda semanal. Para que realmente tu planificación sea efectiva y no se convierta en una fuente de frustración, debes ser honesto contigo mismo, y realizar una planificación lo más ajustada posible a la realidad. Cuando realices tu distribución semanal del tiempo, sé consciente de que van a surgir imprevistos, y de que no vas a estar al cien por cien las 24 horas de los 7 días de la semana. Por ello, no seas excesivamente ambicioso con tu planificación, es preferible que, al principio, vayas a mínimos, en el sentido de destinar el mínimo tiempo posible para cada tarea. Ya habrá tiempo en las semanas siguientes para ajustar tu planificación.

2- Aprovechar al máximo el tiempo de que dispones.

Varios estudios sugieren que deberíamos hacer al principio de la jornada, cuando estamos con más energía, aquellas tareas más difíciles, más urgentes, y que más esfuerzo nos suponen. Es cierto que cada uno debe reflexionar sobre cuándo es el momento del día en el que está más despierto y con más energía pero, una vez más, lo importante es que no nos engañemos a nosotros mismos. ¿Es cierto que eres noctámbulo y estudias mejor por la noche, o es una rutina creada a lo largo del tiempo y que crees que te funciona? Una de las primeras tareas que debes realizar si deseas preparar oposiciones con garantías, y de la que no te vas a arrepentir, es estudiarte bien a ti mismo, evaluar cuáles son los momentos en que estás más creativo y tienes más energía.

Relacionado íntimamente con lo anterior, se encuentra el problema de distribuir a lo largo de la semana los diferentes aspectos de la oposición que debes preparar. Normalmente una oposición consta de una parte teórica, una parte práctica y una parte de exposición de una memoria, programación o supuesto práctico. Cada uno de estos tres apartados puede tener subapartados en función de la disciplina que estemos preparando. Pues bien, debemos distribuir el estudio de estos tres aspectos en función de nuestra energía a lo largo del día. Yo soy partidario de no mezclar apartados diferentes en una misma sesión de estudio: si el lunes por la mañana lo dedico a estudiar temas, por la tarde no seguiré con los temas, sino que prepararé la parte práctica.

3- Eliminar distracciones.

Nos hallamos en una época plena de distracciones y estímulos, y es prácticamente imposible sustraernos a ellos.

Dejémoslo claro desde un principio: la multitarea es un mito, hay infinidad de investigaciones que demuestran que el cerebro humano no está diseñado para la multitarea, y que hacer más de una tarea al mismo tiempo va en detrimento de la efectividad en la tarea. Los autores expertos en técnicas de productividad y optimización del tiempo hablan de dejar el móvil en otra habitación cuando estamos estudiando, de mirar el correo electrónico solo por la noche, o de navegar por internet solo en momentos determinados a lo largo del tiempo.

Otra técnica muy popular es la “técnica Pomodoro”, para la que se venden incluso utensilios específicos y para la que hay apps que se pueden descargar. En el fondo, dicha técnica se fundamenta en destinar periodos de tiempo de máxima intensidad, intercalados con otros cortos periodos de descanso. En la técnica Pomodoro, los intervalos de estudio son de 25 minutos, mientras que los periodos de descanso son de 5 minutos. Obviamente, nosotros podemos modificar esos intervalos en función de la tarea que estemos desarrollando, pero lo importante es que seamos estrictos con la duración de los periodos de intensidad y de descanso en cada jornada temporal de estudio: si vamos a dedicar tres horas durante la mañana a preparar la programación didáctica y hemos decidido focalizar nuestra atención en esa tarea durante 30 minutos y luego dedicar 10 minutos a descansar, escuchar la radio, pasear, etc., debemos respetar esos intervalos durante las tres horas de estudio.

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